miércoles, 29 de octubre de 2014

El Papa, el Big Bang y la evolución


Dijo Su Santidad recientemente que el Big Bang y la teoría de la evolución no contradicen a la religión católica. Dijo que fueron la maneras en que Dios llevó a cabo su creación.

Esto no es ninguna novedad. Ya en 1951 Pío XII expresaba que el Big Bang no era incompatible con la creación bíblica. Y en 1996 Juan Pablo II decía que la evolución era un hecho comprobado. No hay ninguna sorpresa en estas declaraciones de Francisco.

Desde un punto de vista científico esta postura papal adolece de algunos defectos.

En primer lugar no da lugar a la falsación. Pase lo que pase, descúbrase lo que se descubra, ese dios creador existe y siempre existirá. Al ser infalsable no estamos ante una propuesta científica.

Y en segundo lugar a esta idea se la conoce como "dios de los huecos". Ésto es, ¿hay algo que la ciencia no puede explicar? Listo, la respuesta es el dios creador. El problema de eso es que es una postura muy débil que no busca profundizar.

Otro problema es que a lo largo de los siglos se fue achicando. Antes el clima, las enfermedades, los terremotos y cualquier hecho de la naturaleza se explicaba por la acción de dioses, espíritus o similares. Hoy todo eso tiene explicación similar. Y eso pasó con la creación del universo, el surgimiento de la vida y la evolución biológica. Asumir nuevamente esa postura del dios de los vacíos implicaría volver al oscurantismo y a interrumpir el progreso. ¿Hoy hay cosas que no sabemos? Perfecto, se seguirán investigando.

En tercer lugar, desde lo religioso, esta postura también es arbitraria. Si se interpreta que el Génesis no es literal sino simbólico ¿cuál será entonces el límite? ¿quién va a poder determinar cual parte de la Biblia es metafórica y cuál es real?

Antes de una tolerancia a la ciencia debemos hablar de intentos desesperados para que los mitos religiosos no sigan perdiendo lugar ante el avance de la ciencia.

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