domingo, 21 de septiembre de 2014

K-tolicismo


Que lejos quedaron esos tiempos donde el cardenal Jorge Mario Bergoglio era uno de los mayores enemigos del kirchnerismo. Tiempos en donde el Cardenal era un reaccioniario sacerdote filo-fascista y donde la Presidenta se negaba a ir a los tedeum en la Catedral metropolitana.

Hace un año y medio nomás cuando Bergoglio dejaba de ser Bergoglio para convertirse en el Papa Francisco la reacción inicial del kirchnerismo era la denuncia y la oposición, tanto desde la militancia como desde los medios adictos. Se acusaba al ex-arzobispo de haber colaborado con la dictadura. Claro que eso cambió a los pocos días y ese hombre reaccionario y medieval pasó a ser un carismático sacerdote tercermundista y peronista, amigo de los pobres.

Desde aquel momento hasta ahora hemos visto una conversión del kirchnerismo hacia ideas clericales. El año pasado el oficialismo cedió a las presiones de la Iglesia y terminó modificando su anteproyecto de reforma del Código Civil. Quizás a cambio de eso sea que el papado apoyó el anteproyecto de reforma del Código Penal.


Por enero de este año el Papa pidió a los argentinos que "cuiden a Cristina". Y la Presidenta respondió el cumplido participando por primera vez en el tedeum del 25 de mayo.

Y ahora vemos otra muestra más de esta suerte de clero-kirchnerismo. La Presidenta lleva a su militancia favorita, a la Cámpora, a encontrarse con el Papa. El mismo a quien años atrás consideraban un enemigo ahora es alguien con quien buscan sacarse una foto compartiendo una remera. Y tal parece que lo consideran un "compañero".



Tenemos también la promulgación de la ley que declara de interés nacional el programa Scholas Occurrentes, un programa impulsado por el propio Francisco para impulsar los "valores" y la "educación" en todo el mundo.

Esto sirve para muchas cosas. Sirve para volver a poner de relieve el carácter "progresista" y "de izquierda" del kirchnerismo. Lejos de avanzar en la separación iglesia y Estado esa relación se refuerza.

Desde este blog seguimos alentando por una Argentina laica donde ni la Iglesia Católica ni ninguna otra denominación tenga privilegios especiales, y donde la educación y la salud no estén en sus manos.

Mientras tanto el aborto sigue en la ilegalidad.


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