Recientemente vino de visita a la Argentina el evangelista Luis Palau. Fue condecorado por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires como "huesped ilustre" mientras venía a predicar ante cientos de jóvenes evangélicos.
No es la primera vez que Palau viene a la Argentina y es agasajado por sectores políticos. En una visita en marzo de 2008 fue recibido incluso por la Presidenta. Pero donde más peso tiene es en los sectores más neoconservadores, razón por la cual tuvo en aquel entonces una cena con todo el PRO. Cabe recordar que Palau cuenta con una "embajadora", la ex-diputada Cynthia Hotton, quien además de ser una fiel creyente evangélica es de las más acérrimas enemigas de la legalización del aborto y la adopción homoparental.
Esto da la pauta del perfil de Luis Palau. Lejos de ser un hombre espiritual que sólo se preocupa por la fe, el perdón y la esperanza es un hombre completamente político. Confunde constantemente al César y Dios. En 1977 dijo en una nota a la revista Time que la única fuerza que podía contener al marxismo-leninismo era el cristianismo evangélico.
Nacido en Ingeniero Maschwitz en 1934, su predicación comienza en la década del '60. Pero su ministerio crece a partir de finales de los '70, cuando funda la Asociación Luis Palau. Durante los años siguientes será un referente de la religión evangélica. El antropólogo David Stoll en su libro "¿América Latina se vuelve protestante?" lo llama "El Billy Graham de América Latina".
Durante aquellos años fue un combatiente más contra la izquierda. Pero al igual que EEUU sus métodos eran muy poco convencionales. Para luchar contra los terroristas recurría a apoyar a dictadores sanguinarios y genocidas. Adhería también a sus discursos, al punto de criticar en sus revistas solo las violaciones a los DDHH perpetrados por guerrillas, pero hacer caso omiso a las estatales o paraestatales. Tuvo encuentro con dictadores de la talla de Alfredo Stroessner o Manuel Noriega.
En 1982 participó en un festival evangélico en Guatemala. En aquel entonces el país era gobernado por el dictador Efraín Ríos Montt, recientemente condenado en su país por genocidio y crímenes contra la humanidad, si bien la sentencia fue anulada. Fue uno de los gobernantes más severos y sanguinarios que se recuerden en Centroamérica. Su régimen le costó a su nación 10.000 muertos y más de 100.000 desplazados. Pero ante todo Ríos Montt era un pastor pentecostal de la Iglesia del Verbo. En varias oportunidades manifestó que su lucha era la del Espíritu Santo.
Palau no solo visitó su país y se encontró con él. También lo consideró un gobernante honesto que cumplía con la Palabra de Dios. Dijo textualmente sobre Guatemala: "Esta podría convertirse en la primera nación reformada de América Latina, un país en donde la palabra de Dios había cautivado a tantos militares y empresarios que llegó a ocasionar una transformación social y política".
Unos años antes, en 1974, había participado de un festival en Bolivia, que por aquel entonces era gobernada por Hugo Banzer. Aquel dictador provocó miles de muertes y torturas en su país, además de convertirlo en un paraíso del narcotráfico y de perseguir a comunidades originarias.
Palau participó junto con el dictador en la entrega de ejemplares del Nuevo Testamento con la bandera tricolor boliviana. Banzer diría una frase para la Historia: "Dios es nacionalista".
Probablemente sea muy recordada su amistad con el ex-presidente George W. Bush, a quien Palau consideraba "un cristiano equilibrado y normal" y era común verlo entrar a la Casa Blanca. Mientras el mundo se estremecía por las víctimas civiles en Irak y Afganistán y las torturas en la base de Guantánamo, Palau iba por los medios contando que Bush era un buen cristiano y un hombre de su confianza. Cabe recordar que en su momento también justificó la invasión a Irak, siendo sus palabras: "Cuando hay un violador en el barrio y llamamos a la policía y la policía viene y le pega, no decimos ‘uh, pobre violador, cómo le pegan’. Por el contrario, nos alegramos de que la policía actúe. Bueno, yo veo la intervención norteamericana en Irak desde ese punto de vista, desde el punto de vista de la seguridad".
Palau incluso fue miembro honorífico del Equipo de Rezo Presidencial (!!!!!).
Socialmente sus ideas no son nada del otro mundo si se tiene en cuenta a la derecha tradicional conservadora. En 2008 en un programa televisivo se comunicó telefónicamente con un homosexual a quien luego de preguntarle si tiene "el sida" le pidió que se una a él en oración para "dejar de lado el homosexualismo":
Palau también recibe críticas de sectores evangélicos, quienes lo consideran cercano a la Iglesia Católica. Y más ahora que el Papa es compatriota suyo. Palau lo considera un "gran amigo de los evangélicos". En la cena con el PRO en 2008 repartió ejemplares del Nuevo Testamento que contaban con la firma del por aquel entonces cardenal Bergoglio.
En conclusión Luis Palau no es un hombre espiritual ni religioso. Es un representante de cierto sector político. Usa a la fe como móvil para expresar esas ideas. O se deja usar, lo mismo da.
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