viernes, 5 de diciembre de 2014

Cómo es Orion, la nave que podría llevarnos a Marte


Orion, la cápsula de la agencia estadounidense lanzada al espacio este viernes desde Cabo Cañaveral, en Florida, completó su viaje no tripulado al espacio y amarizó tal como se esperaba en las aguas del Pacífico cerca la península de Baja California.

Un video grabado por un dron avistó a la nave cuando descendía suavemente en paracaídas, poco antes de entrar en contacto con el océano.
Barcos de la marina estadounidense fueron alistados para rescatar a la cápsula con la ayuda de buzos.
Durante su vuelo que se extendió por cuatro horas y media, la nave puso a prueba tecnologías clave que un día servirán para llevarnos a Marte
El despegue tuvo lugar este viernes las 07:05 hora local, después de que se suspendiera el jueves por problemas técnicos y por fuertes vientos
La cápsula es relativamente similar en su forma a las naves Apolo que llevaron al hombre a la Luna en los años 60 y 70, pero es más grande en tamaño y sus sistemas son de avanzada.
Dado que es la primera vez que sale al espacio, no lleva tripulantes.


No obstante, la NASA considera este ejercicio como un evento significativo.
Orion está siendo desarrollada a la par de un nuevo y poderoso cohete que hará su propio debut en 2017 o 2018.
Juntos, serán las herramientas esenciales para enviar a los humanos más allá de la Estación Espacial Internacional (ISS, por sus siglas en inglés), a destinos como por ejemplo el Planeta Rojo.

Dos vueltas y a regresar

En su viaje, Orion dará dos vueltas alrededor del globo y alcanzará una altitud de casi 6.000 kilómetros.


A su regreso, ingresará en la atmósfera a una velocidad de cerca de 30.000 kilómetros por hora.
El reingreso en la atmósfera les permitirá a los ingenieros evaluar el funcionamiento de su escudo térmico, que deberá resistir 2.200 grados centígrados de temperatura, producto de la fricción.
También será una oportunidad para ver cómo funciona el paracaídas, cuando la cápsula caiga en las aguas del Pacífico mexicano, cerca de la Península de Baja California.
Aunque el proyecto Orion es de la NASA, la cápsula fue construida por la empresa Lockheed Martin.
No obstante, la NASA controla de cerca que el diseño cumpla con los requisitos especificados.

El problema de la radiación

Un buen ejemplo de esto es la protección contra la radiación incorporada en la cápsula.


La radiación es uno de los mayores peligros para los viajes a las profundidades del espacio, y se espera que los sistemas de Orion puedan lidiar con este desafío.
"Vamos a atravesar regiones del cinturón de radiación de Van Allen, debido a que estamos quince veces más arriba que la estación espacial", le explicó a la BBC Mark Geyer, manager del programa Orion de la NASA.
"La ISS no tiene que lidiar con la radiación, pero nosotros sí, y también cualquier vehículo que vaya a la Luna. Eso es un problema muy grande para las computadoras".
"Estos procesadores son ahora muy pequeños, son muy buenos para la velocidad, pero son muy susceptibles a la radiación".
Eso es algo que tenemos que tomar en cuenta y ver cómo funciona, añade Geyer.



La misión es un pequeño paso en un extenso programa de desarrollo.
Sin los recursos de la era Apolo, la NASA solo puede avanzar a paso lento.
Incluso si la cápsula ya estuviese en funcionamiento, junto con su cohete, la agencia espacial estadounidense no podría organizar una misión a otro cuerpo planetario porque la tecnología para llevar a cabo operaciones en la superficie no está desarrollada.

Cooperación internacional

Esto preocupa a algunos observadores como al historiador John Logsdon, quien duda que la política actual sea sostenible.
"El primer lanzamiento con una tripulación a bordo está pensada para 2020, 2021, y luego, aunque la NASA tiene planes, no hay nada definido", le dijo a la BBC.
"Eso es muy lento para mantener a los equipos encargados del lanzamiento alertas, para mantener a todos comprometidos".
"(Las cosas) siguen un curso marcado por la falta de dinero, no por las dificultades técnicas", añade Logdson.
Una solución posible es involucrar a socios internacionales.
Según el historiador, esto puede ayudar a darle un poco más de impulso y velocidad a la exploración espacial.

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