Existe una idea posmoderna muy en boga que afirma que la identidad de género parte únicamente de la auto-percepción.
Es necesario diferenciar dos cosas: sexo e identidad de género.
El sexo es algo de corte netamente biológico y puede ser dividido a grandes rasgos entre femenino y masculino. Así es entre los humanos y entre gran parte del reino animal. Existen igualmente puntos intermedios pero son casos menores.
La identidad de género en cambio es algo psicológico y se refiere a la manera en que la persona se concibe, como femenino o masculino. Se refiere a los roles de género, que son las conductas socialmente consideradas apropiadas para hombres o mujeres. Puede interpretarse como la concepción personal del género.
Entonces un transgénero (incluyendo a travestis y transexuales) se puede definir básicamente como un individuo que tiene determinado sexo (biológico), pero que su género (psicológico) no se condice con las convenciones sociales. Suele llamarse a esa situación disforia de género.
Ahora bien, vayamos a la semántica más pura: ¿qué es una "mujer"? ¿qué es un "hombre"?
Se llama mujer y hombre al ser humano de sexo femenino y masculino respectivamente. Es una definición básica y que nadie puede eludir. La única excepción serían los intersexuales que no presentan las diferencias básicas cromosómicas entre ambos sexos.
Pero hete aquí que esta definición es incompleta por sólo limitarse a lo biológico. Además de lo biológico la identidad sexual incluye también la identidad de género, es decir, la concepción que uno tenga sobre los roles de género (conjunto de comportamientos convencionales de hombre o mujer) que debe asumir.
Y esto no puede obviarse. En consecuencia, es mujer aquel individuo del sexo femenino que se considera a sí mismo mujer. Y es hombre aquel individuo del sexo masculino que se considera a sí mismo como masculino. En caso contrario estamos ante la disforia de género antes mencionada.
El Estado hace bien en reconocer esa disforia y en permitirle a cada individuo poder ser reconocido en su condición. Quien haya nacido hombre/mujer y quiera ser hombre/mujer debe tener acceso a ese reconocimiento.
Lo que es incorrecto es pretender ignorar la singularidad. Pretender convertir a los transgéneros en hombres o mujeres es un exceso de correción política. Y es altamente discriminatorio, porque se intenta simular que aquellos individuos encajan en las divisiones convencionales. En otras palabras ¿por qué es discriminatorio decir que un travesti es travesti? ¿no es acaso discriminatorio decir que es hombre o mujer? ¿por qué no se trabaja mejor en pos de una sociedad que los acepte como son?
Ésta es una manera de olvidar a las minorías y de negarles su realidad propia. Un transgénero es una persona que nace con determinado sexo, pero que mentalmente se considera del otro sexo. Pero eso no la convierte en aquello que considera ser. Contra la biología no se puede ir.
Y sin embargo, eso no significa negar la particularidad del transexual. Si un hombre modifica su imagen y cambia su identidad.legal entonces deja de ser un individuo de género masculino, y lo mismo en el caso inverso. Llamar "hombre" al travesti es discriminador, así como también es discriminador llamarlo "mujer". Es pretender acomodar una realidad a los esquemas antiguos.
¿Son hombres? ¿Son mujeres? Ni uno ni otro. Son transgéneros. Personas que nacen biológicamente con un sexo pero psicológicamente poseen otro. Ni más ni menos que eso. No son inferiores ni superiores.
Tienen los mismos derechos que cualquier persona a trabajar, a estudiar, a formar familia, a ser felices. El Estado actúa correctamente al permitirles cambiar su nombre y utilizarlo legalmente. También es correcto impulsar que se los trate como femeninos o masculinos.
La sociedad debe progresar hacia la integración y la tolerancia. Pero el camino de la tolerancia no incluye ser ciegos ante la evidencia o negar completamente toda realidad objetiva. El hombre es hombre, la mujer es mujer, y el o la transgénero es transgénero. Por más buenas intenciones que haya pretender negar esas particularidades resulta discriminador y retrógrado.
Esta última imagen tomada del artículo Disforia de género y el mundo de la sexualidad humana de Lisandro M. Carnielli.
Esta última imagen tomada del artículo Disforia de género y el mundo de la sexualidad humana de Lisandro M. Carnielli.
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