El autor del blog es partidario de la siguiente solución: Israel debe irse junto con sus colonos de los territorios ocupados y debe dejar de hostilizarlos. Se debe permitir el regreso de los refugiados palestinos desde los otros países árabes. Y para esta solución también es necesario que se termine el extremismo islámico palestino y que se avance hacia la conformación de un sistema político democrático y laico. Por supuesto que también deben frenar los ataques con cohetes de parte de Hamás. Mientras tanto las políticas israelíes de apartheid deben ser condenadas por toda la comunidad internacional.
La solución es la conformación de dos estados con capital compartida en Jerusalén.
Pero en este caso quiero dejar en claro como un conflicto político y territorial se ve agravado por el fanatismo religioso. Las religiones, lejos de intentar buscar la paz o la concordia, meten el dedo en la llaga.
Para los judíos fundamentalistas no hay lugar para los musulmanes en Palestina basados en la Biblia. Si, basados en que todo el territorio "del Nilo al Eufrates", es decir, de Egipto a Irak, les pertenece por haber sido entregado en el pasado a Abraham.
Y para los musulmanes no hay lugar para los judíos en Palestina basados en el Corán y en las órdenes de Mahoma. La ciudad de Jerusalén es sagrada para ellos y la orden debe ser la de combatir a los infieles, sobre todo judíos y cristianos.
Los cristianos (en especial los protestantes evangélicos) adhieren a la postura judía y los defienden como "el pueblo escogido". Eso olvidando que el Nuevo Testamento es universalista y dice que ni judíos ni no-judíos tienen preeminencia. Pero en este caso la política y la religión se mezclan convienentemente.
Sería exagerado decir que el conflicto en Medio Oriente es religioso. Es evidente que se lo viste con ese barniz, pero en realidad es un conflicto político y territorial con intereses económicos de por medio. Pero las creencias judía, islámica y cristiana no contribuyen a la solución, sino al problema. Pretenden que se se solucione por medio de dogmas basados en mitos incomprobables.
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